Cuando el cielo está encapotado, cubierto por una fina y blanquecina telaraña, tras la cual se adivina el disco solar que pugna por brillar esplendoroso, Tom se suele poner melancólico, como aquejado por el dolor de un amor injusto, como emponzoñado por la pérdida de ese primer amor que ha visto dolorosamente truncarse por un
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