EL PARTIDO DE LAS GALAXIAS.
Buenos días desde la máquina de pergeñar crónicas. 25 de febrero del 3012, se celebra en el estadio galáctico Barry John, de la estación espacial Prometeo, la copa Celeste M-8000 de megarugby, entre los equipos del satélite Luna y el planeta Marte.
El equipo lunar está compuesto por selenitas de décima generación, androides cibernéticos y el robot gigante «Trovic». Los marcianos cuentan en sus filas con extraterrestres terrícolas de tercera generación, y alienígenas procedentes de los anillos de Saturno.
Los selenitas visten todo de blanco, y los marcianos, como no podía ser de otra manera, todo de verde. En el juego se usa un balón electrónico Gilbert, que sacude una descarga eléctrica a los 30 segundos si el portador del balón no lo libera, dejando al jugador perjudicado durante un buen rato. El estadio está abarrotado con 328.000 espectadores enfervorizados.
En la primera parte el balón electrónico hace estragos, y los marcianos que abusan de la pelota vagan electrizados por todo el campo, lo que aprovechan los selenitas para correr con libertad, ayudados por el robot gigante Trovic.
Entre los selenitas, que tienen poder mental, David posee visión anterior para detectar balones camuflados; Gonzalo chico fabrica pasillos de escape; y Pau se mimetiza con la hierba óptica. Siempre encuentran el hueco para escapar, y son muy diestros en el pase en 3-D.
Alex, Mario y Arnau son androides cibernéticos con superagilidad y velocidad supersónica; son capaces de soportar fuertes descargas electromagnéticas, y todos ellos sueñan con ovejas eléctricas
En el equipo marciano hay tres extraterrestres terrícolas de tercera generación libres de cualquier manipulación genética, son los llamados ciberfrancos: Sergio el destructor, Javi el del impulso arrollador, y Miquel con poder de trasmutación. Sus mayores virtudes residen en la hipervelocidad y la megafuerza nuclear. A estos les acompañan los alienígenas procedentes de los anillos de Sarturno: Ivanchut con supersalto e hipervoltereta; Beltrán corre hacia delante, pero parece que corre hacia atrás; Quique atrae los balones con su poder electromagnético; y Bruno puede ¡volar!
En el segundo tiempo el balón electrónico es sustituido por uno convencional sin artilugios electrónicos. Ahora los marcianos son más fuertes, Mega Javi y SuperSergio hacen mella en las fuerzas selenitas, solo los puede parar el robot gigante «Trovic».
Entonces los selenitas deciden usar el poder de la mente para placar. Técnica mental que han aprendido de los M-10.000, que obtienen estas oscuras artes mentales, de su mentor el mutante sicológico «Chicha».
Una nueva explosión nuclear del Sol hace aumentar el calor. Llega el tercer tiempo, sin bebidas refrescantes ni bocadillos, aparece un equipo de titanes, hijos y hermanos de Cronos, supervivientes de la Titanomaquia. Son grandes, muy grandes, casi monstruosos. Los selenitas y los marcianos se unen para presentar batalla, y aquí son irresistibles, por más que los titanes lo intentan, pueden los superpoderes de los marcianos y los selenitas, que marcan ensayos y corren sin que les puedan parar.
Pero ¡cuidado! Pablo un titán descomunal se escapa, el superalto selenita José lo detiene con el poder de la mente, Pablo se derrumba como castillo de naipes; los marcianos y selenitas siempre graciosos y bromistas se parten de risa.
El partido de las galaxias finaliza, y todos muy contentos regresan a sus planetas.
Pero no penséis que con vuestros superpoderes os basta, hay que ¡entrenar duro chicos!
Resultado: RCV blanco-4. RCV verde-4.