El animal que juega (rugby para homínidos).
Buenos días desde la máquina de pergeñar crónicas. Desde que el primer simio saltó del árbol y no pudo volver a subirse, cogió una piedra y se puso a jugar a la pelota. Existen testimonios arqueológicos que atestiguan que hace más de un millón de años los primeros homínidos practicaban rugby. Prueba de ello son las pinturas rupestres de Altamiro de la Cueva, el artista montañés, en las que se pueden admirar a grupos de homo heidelbergensis persiguiendo una especie de balón y haciendo el montonet, mientras el bisonte hollaba la pradera; y los restos de bucales fósil, chichoneras de piedra pómez y alguna que otra clavera con el ojo morado que se han encontrado en el yacimiento de Atapuerca.
Pero la historia que vamos a contar se pierde en la noche de los tiempos, pues hace más de doscientos mil años unos intrépidos homo sapiens se aventuraron más allá de las marjales de la Albufera, y llegaron al “Valle Digno” de la Safor. Este clan aventurero del Turia sabía de la existencia de otros clanes aficionados al oval, que llegados de la cova Parpalló y las faldas del Montdúver se instalaron en la Valldigna, eran los homo Tavernícolas. Pero también del monte de las Zorras cerca del mar llegaron los homo Cullerots, y más tarde aparecieron los neandertales alcireños de la Ribera, y los homo habilis de la Vila en la Marina Baixa liderados por sus jefes brujos Kiko y Jaume.
En nuestro clan, que llamaremos de lo Rat Penat, destacaba un bullicioso grupo de pequeños cazadores acaudillados por Fran el Troll y Bruno el Torete, todos acompañados por un hechicero mágico y sus Papás buenos.
En cuanto llegan a la verde pradera de la Valldigna se ponen a retozar con su balón de tripas de jabalí relleno de hierbas silvestre y serrín. Desde los árboles que sirven de portería, los homo Cullerots les desafían a grito pelado. Los Cullerots llevan el cuerpo pintado a rayas azules, y los Rats Penats se han untado hasta la cara de moco de rana.
Un jefe instructor barba de chivo les conmina a que jueguen respetando las reglas, y en cuanto toca su silbato de hueso, el partido da comienzo. Los Cullerots tienen un equipo bien armado donde se combinan los jugadores fuertes y robustos con los rápidos y ágiles corredores como Pablo; y este es el primero en escapar de sus perseguidores y ensayar bajo los árboles. De seguida los más fuertes Cullerots cargan con furia, pero no saben que Nacho Sílex, el súper atleta, está inconmensurable, detiene el ataque roba la pelota y sale disparado como una flecha. Ahora les toca el turno a los Rats Penats, el gigante Ximo se arroja como bisonte desbocado en la lucha, y aunque es frenado en su ayuda llega el más valeroso, David casco de piedra imparable y luchador incansable; como él solo no consigue arrancarse del contrario acuden Franky el mago y Rodrigo el gran cazador, y entre los dos sacan el balón para que Axel y Germán, dos sapiens de rostro plano, le ofrezcan, al vencedor de la bestia, Asier un balón franco de ensayo.
Los Cullerots no se rinden y en cuanto pueden sus hábiles corredores asestan golpes desconcertantes. Pero cuando Super Nacho se lanza al ataque en vertiginoso slalom es insuperable, y todos siguen su dorada estela, incluso los más pequeños y valerosos cazadores como Manuel, Vicent e Isma.
El jefe instructor barba de chivo ordena un descanso, y todos van al arroyo a beber agua, y de nuevo empieza otro partido y otros jugadores intrépidos corren por la pradera. Ahora entre los Rats Penats son legión los bravos corredores: Álvaro viajero del misterioso continente, Iván y Pablo hijos del Torete, Lucas el salta bardales, Oscar el rata, que escapa por los agujeros o Marco la ardilla voladora.
Iván Juan, que lleva el taparrabos en la cabeza, se hace con el balón y ya empieza la carga desenfrenada; aparece por sorpresa saltando sobre los Cullerots Rafeta majareta, poseído por el espíritu de la cabra montesa, nadie lo puede parar. Pero juega en equipo con Luca, que partió en busca del fuego y se trajo una novia; acude presto y veloz Álvaro, que da pases de categoría con precisión, y los hermanos Torete que revolucionan el ataque. Oscar y Lucas se unen en desbanda a la incursión, pero es Marco quien en arriesgada carrera llega el primero a los árboles.
Cuando el partido termina todos se felicitan por lo bien que lo han pasado, y hablan de concertar futuros encuentros. Los Rats Penats todavía tienen ganas de más juerga y prosiguen su divertimento entre ellos, al que se apuntan con alegría nuevos y jóvenes cazadores son Alexis, Carlitos, Héctor y Víctor, guerreros precoces con el balón en las manos.
Mientras los Papás buenos con el brujo hechicero escapan a la cueva de comidas, y allí disfrutan del banquete que prepara el cocinero Feldespato, que invento el fuego y la cuchara de palo, banquete a base de: crujiente de termitas sobre cama de ajos aplastados, gachas de raíz de junco con hierbas del tiempo, tartare de pez gato en piedra, carne de caballo asada en un hoyo, y de postre sopa dulce de tapaculos de efecto inmediato; todo regado con la cerveza Fossil Fuels Beer, de hace 45 millones de años.
También los jugadores-cazadores tuvieron su recompensa con bocatas de embutido de cerdo salvaje. Pero hay que regresar al campamento antes de que las tinieblas les alcancen y puedan ser presa de la bestia.
De camino a casa Fran les advierte: ¡Troglodita entrena con ganas y sé fiel a tus amigos!
Alineación: Franky, David, Nacho, Rodrigo, Germán, Axel, Asier, Álvaro, Oscar, Ximo, Rafeta, Iván Juan, Luca, Iván Bou, Pablo, Lucas y Marco. Y Manuel, Vicent, Isma, Alexis, Carlitos, Héctor y Víctor.
Resultados: RCV LF Tec verde 6- RC Cullera 5. Ensayos: Nacho (2), Ximo (1), Oscar (1),
Álvaro (1), Asier (1).
RCV LF Tec blanco 8-RC Cullera 4. Ensayos: Asier (2), Marco (1), Ximo (1),
Rafeta (1), Lucas (1), Iván Bou (1), Pablo (1).
RCV LF Tec blanco 5-RCV LF Tec 1 (Pablo). Ensayos: Oscar (1), Asier (1), Carlitos (1), Álvaro (1), Luca (1).
Muchas a gracias a todos. Entrenadores S-10.