El pasado sábado jugamos dos partidos contra Les Abelles, en Quatre Carreres. Como los S-16 y los S-14 jugaron antes que nosotros, los partidos tuvieron más público de lo habitual. El equipo verde se hizo con la victoria por 5 a 2, mientras que el equipo blanco cayó derrotado por 10 a 4.
El primer partido fue muy disputado. Pese a adelantarnos en el marcador, Les Abelles nos impedía jugar cómodos gracias a su gran defensa, hasta que le dieron la vuelta al partido después de encerrarnos un buen rato en nuestro campo. Nuestra defensa no fue todo lo contundente que esperábamos y sólo eramos capaces de ponerles en dificultades cuando jugábamos al pie y subíamos juntos a presionar. En ataque no conseguíamos la fluidez necesaria para desbordar por fallos en el pase tras el contacto, o bien por no llegar a tiempo al apoyo (Les Abelles tiene jugadores especialistas en robar balones en los rucks). A partir del segundo tiempo empezamos a controlar mejor estas acciones y empezamos a tener más espacios para correr. Los buenos apoyos nos permitían superar la ventaja con más frecuencia y liberarnos de su asfixiante presión, hasta que le dimos la vuelta al partido.
Por su parte, el equipo blanco realizó un tremendo esfuerzo contra Les Abelles Negro, pero no pudo llevarse la victoria. Debido a las bajas en los dos equipos, el partido se disputó a 9 en vez de a 11, lo que supuso un mayor desgaste para todos. El equipo blanco ha progresado mucho en ataque a lo largo del año: los jugadores nuevos de este año se muestran muy seguros con el balón, no eluden el contacto. Los más veteranos han sabido transmitirles la importancia de la confianza en uno mismo para perder el miedo. Sin embargo, la ocupación del espacio sigue siendo algo más complicado de asimilar. Por momentos, los dos equipos al completo se juntaban alrededor del balón, dejando unos espacios enormes para los atacantes. En defensa no fue nuestro mejor partido: se vieron algunos placajes buenos, pero también es cierto que fallamos muchos por ir demasiado arriba o por poner el brazo en vez del hombro. La conclusión es que somos capaces de placar en condiciones, pero si no nos concentramos en realizar bien el gesto es mucho más difícil.
Nos vemos esta tarde en Quatre Carreres.
