Crónica S-10. 5-10-013.

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Lobos y corderitos.

Buenos días desde el ingenio de la historieta. El verano no parece dejar paso al otoño, y un sol abrasador reluce con ganas en el viejo cauce del río Turia. La hierba, los pinos los palmitos brillan bajo la luz cegadora de este sábado caliente de octubre. Se acerca radiante al campo de juego la banda de los Cuatro, al otro lado del vallado, la banda del CAU les observa desafiante y con reserva, el aire candente huele a duelo en OK River.
En ambos grupos abundan los forajidos del balón, los cuatreros con botas de tacos, los desertores de la méle, los jugadores de gatillo fácil, algún sheriff del fuera de juego o rangers, en la línea de 5 metros.
Y en cuanto se establecen los tiempos de los partidos, y las dimensiones del campo de juego, dos equipos superiores en fuerza y experiencia se preparan, frente a frente, en este desafío con sabor a western crepuscular.
Comienza el partido, y la banda del CAU, disciplinados en defensa y fuertes en la recuperación del balón, propone una lucha dura y pertinaz. Pero una vez superados los primeros escarceos la banda de los 4, o del Rugby Club Valencia, con sus jefes a la cabeza rompe el cerco del CAU en dos ocasiones; aunque el RCV basa su juego en las acometidas individuales de los más fuertes, en defensa todos los jugadores se emplean con denuedo.
En la reanudación del encuentro, la banda del CAU descubre el punto débil de los contrarios, y aprovecha los errores de manos y los malos despejes al pie para marcar.
Pero la banda del RCV recupera el balón, y pese al cansancio y el calor que hacen mella, vuelve a encerrar al CAU en su territorio, y le asesta el golpe definitivo. La banda del CAU tira sus armas, y se rinde pasando por el pasillo de rigor. Luego todos juntos y contentos, se encaminan al bar, donde se celebra el tercer tiempo.
Y tras el Viejo Oeste, nos trasladamos a las verdes praderas y los frondosos bosques donde dulces corderitos y mansos lobos parecen vivir en placentera armonía. Pero suena el silbato, y aunque ni por justicia ni derecho la razón del más fuerte sea la mejor, en el rugby el ejemplo nos enseña, casi siempre, que el pez grande se come al chico. Los corderitos del RCV se aprestan a jugar, sin sospechar, que la única intención del lobo feroz es comérselos. Los lobos del CAU aparecen con cara contenta balón en mano, mientras los corderitos los observan con cara angustiada. A pesar de todo, los corderitos pelean con saña y entusiasmo hasta el límite de sus fuerzas, por más que los lobos con su divisa: caballo grande ande o no ande, traspasen la línea de marca en varias ocasiones.
Pero ante tanta demostración de fuerza, algunos corderitos astutos y escurridizos les roban la pelota a los lobos confiados, y escapan raudos al ensayo, sin que les hinquen el diente.
Al final todos se reúnen: vaqueros, pistoleros, suaves corderitos y lobos menos feroces, para celebrar una feliz jornada de rugby.
¡Entrena con ganas, y sé fiel a tus amigos!

CAU-5.RCV-7,
Jugaron: Juan Manuel, Gonzalo, Arnau, Mario, Vicente, Matheo, José María, Alex, Sergio, Javi, Pablo, Rubén.
Ensayos: Javi-4. Pablo-2. Vicente -1.
CAU-10.RCV-4
Jugaron: Samuel, Carlos, Arnau, Juancho, Ivanchut, David, Mario, Vicente, Sebastián, Luís Rullán, Artur, Héctor, David Harpo, Manu, Gonzalo.
Ensayos. Mario-2. Bruno -1. Vicente-1.