Crónica M-8. 9-03-013.

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Una pelota que da voces.

Buenos días desde la máquina de pergeñar crónicas. Esta mañana algunas nubes pintureras se han despistado en un precioso cielo azul, hay que añadir que no son las únicas, el entrenador llega con retraso y taciturno al río.
Pero en el noble juego del rugby todo se arregla amistosamente: Mark, el entrenador del CAU, escaso de balones esta jornada, se ha puesto manos a la obra con toda la grey infantil (a los Padres les encanta esto, y a mí también).
Nuestro informal entrenador, con la ayuda del coach Germán y el referee Vicente, empieza el calentamiento con la «araña». Pero víctima del arácnido ha sido Ximo que abandona la cancha de juego, hoy totalmente a nuestra disposición.
Se organizan dos equipos, un poco de «sombra», y a jugar. Además los equipos del RCV cuentan hoy con la presencia de Valentina, Hugo, Pablito y Héctor Cilleruelo, unas auténticas pequeñas bestias del rugby.
Jugamos a 8 a 9, o a lo que salga, un equipo juega y otro expectante para saltar de golpe al terreno de juego. Comienza el equipo que capitanea Alex. El CAU abre el juego avanza, avanza, pero se logra pararles, el balón parece bloqueado, al fin es libre: -¡Ufff…! que suerte, dice la pelota, creía que me ahogaba. Alex atrapa el balón le da aire y velocidad, tanta que lo lleva feliz al ensayo. Alex es un especialista en deshacer entuertos de pelotas. Pero claro es que hoy le apoya Bruno, que sabe dar muy buena salida al balón y correr hacia el ensayo. O Alejandro que tiene muy claro que para jugar bien hay que recibir de primeras.
Los jugadores del CAU se aplican muy bien en el «pick and go», y nosotros en el, en el…toma el balón y corre. Y resulta muy eficaz, y si no llegas al destino pues se lo pasas a uno que corra más que tú, y arreglado. Eso Germán también lo tiene claro, que corran los demás (ya lo decía mi Abuela: correr es de cobardes). Aunque si hay que correr y pasar con criterio siempre tenemos a Nacho, y a Pablito, que hoy en más de una ocasión ha visto frustrado su momento de gloria.
-Ahora he caído en manos de Axel, comenta la pelota, le animo que corra deprisa ¡que vamos a marcar!… pero nada, bueno al menos me ha pasado a Alex, y seguro que ensayamos. Mi rebote caprichoso se le resiste a Valentina, pero es valiente como el que más. ¿Será por que lleva la camiseta de Arnau?
Ahora le toca el turno al equipo que guía el valeroso Luis. -¡A ver si estos tuerce botas me tratan mejor!, grita la pelota. Aquí aparece otro desatascador del juego: Vicente le da siempre velocidad y espacio a todas las jugadas; y Luis que se aplica con dureza en tareas defensivas, hoy se ha empeñado en pasar por los huecos más estrechos.
El CAU no parece cambiar de estrategia: prontos en la recuperación y saliendo siempre a ras, claro está con la ayuda inestimable que prestan los despistados defensores del Valencia. Asier, Héctor y Didac tienen muchas ganas de jugar, y no pierden ocasión de demostrarlo, tanto es así que algún golpe de rebote se han llevado. Y David cada vez que toma la pelota monta un lío: -Donde todos acabamos mareados como pollos, dice la pelota. Si David parece que no encuentra la salida, aparece Guillermo que es un jugador cada vez más clarividente en el juego.
-¡Por fin el tercer tiempo!, suspira la pelota. Pero otros niños vienen que le zurran con el pie.
En ensayos conseguidos bien podríamos firmar un empate, pero en juego fino, en brillantes jugadas y carreras explosivas ganamos sin duda. Gracias a todos por vuestro incondicional apoyo.
Antes de caer en el saco de los balones, se oye a la pelota que grita: -¡A entrenar duro chicos!