En el Parque de los Príncipes.
Buenos días desde la máquina de pergeñar crónicas. Luce el sol esta mañana en el Parque de los Príncipes. Y en el viejo cauce del río Turia, Juancho va caminando, junto a los imponentes lienzos de piedra de los pretiles, como el príncipe Hamlet surgiendo de la bruma en las murallas de Elsinor, se detiene bajo el puente de San José, y mira pensativo su balón: -Jugar o no jugar, esa es la cuestión. No es una monda calavera su balón, pero su hermanita Martina parece la blanca Ofelia que flota como un pequeño lirio, en el lecho seco del río.
Y ya llegan por los jardines del Turia los príncipes del oval, acompañados por sus sonrientes Mamás y sus Papás taciturnos. Se acomodan todas sus altezas en los equipos blanco y verde, que hoy se enfrentan de nuevo, en torneo cuadrangular, a los nobles caballeros del C.A.U. y les Abelles. Se ejercitan las huestes principescas entre los árboles de los verdes prados. En un primer encuentro fraternal, entre verdes y blancos, que sirve para calentar, destaca Vicente, el príncipe Fogoso, por su impetuosa velocidad.
Los verdes están hoy resueltos a vencer contra les Abelles. Luis, el príncipe Templario, Alex, el príncipe Valiente, Arnau, el príncipe de la Cuadra y Gonzalo, el príncipe de los ojos cendrozarcos, han tomado las riendas del equipo, y presentan gran resistencia a los combativos jugadores de les Abelles. En defensa se aplican con dureza Luis, Arnau y Alex, pero también Asier, el príncipe Guerrero y Héctor, el príncipe Pirata, son buenos placadores. Con sus fintas y amagos destaca en ataque Gonzalo, y le apoyan con entusiasmo Didac, el príncipe Alegre, y Guillermo, el príncipe Escurridizo, tan gracioso zigzagueando por el campo. Emi, el príncipe de la Pampa, es capaz de derribar a varios contrarios, y correr con el balón en lo más ardiente de la lucha. Gonzalo chico, el príncipe de Montevideo, y Carlitos, el príncipe Diablillo, pueden aparecer por sorpresa, y robar el balón sin que nadie se de cuenta. Con ventaja en el partido por dos buenos ensayos de Alex y Luis, en el último segundo, Arnau, arrancándose en una veloz carrera consigue el tercer ensayo y la victoria para su equipo.
Pero hoy el enemigo a batir parece ser el C.A.U. Y quien de grandes empresas sale ganador, puede rendirse en asuntos menores. Contra el C.A.U. el equipo verde mostró pinceladas de su nobleza, pero el contrario más rápido y vigilante supo llevarse el partido, a pesar de que Alex y Arnau volvieran a demostrar su gran capacidad en ataque marcando un ensayo cada uno.
El equipo Blanco tras vencer a los verdes, parece haber quemado toda la pólvora, y ha resuelto sus dos siguientes encuentros con menos fortuna. Pero han luchado hasta el último aliento, nobleza otorga. Mario, el príncipe Centella, y Vicente, el príncipe Fogoso, son sus armas más temibles, pueden correr velozmente entre una nube de defensores, y salir indemnes del lance. Por su parte Pau, el príncipe Ilustrado, y Juancho, el príncipe de Dinamarca, están más atentos al balón, que a las chicas guapas de la banda. Nacho, el príncipe Risueño, y Axel, el príncipe Gentil, son dos diestros jugadores con el balón en las manos. En los partidos hay que estar alerta y en eso destaca David, el príncipe Bermejo, siempre dispuesto por delante de todos. Y Bruno, el príncipe Azul, cada vez con los pies más firmes sobre el terreno de juego, en cualquier momento va a tomar el vuelo. Junto al osado Pablito, el Principito, pasea Alejandro, el príncipe Feliz, al que le encanta jugar con sus amigos. Y hoy en este noble y principesco grupo, sobresale la figura de Ximo Gargantúa, el príncipe Glotón, arrancando como un toro, sembrando el suelo de contrarios, que en vano se han estirado para pararlo, acaba sobre la línea de ensayo perdiendo el balón; si hubiera sido un bocadillo se lo come antes de llegar al final.
Los nobles barones Héctor Cilleruelo y Hugo Glories, se unieron a un improvisado equipo de M-7 con: Gonzalo chico, Didac, Nacho, Héctor, Guillermo y Pablito; y jugaron un bonito encuentro frente a les Abelles en este florido jardín.
Todos están contentos de reunirse en las justas del oval, en el torneo de los príncipes, para lograr el tesoro más preciado: el balón ovalado.
El tercer acto de estos torneos es siempre un buen banquete donde los caballeros confraternan y sacian la sed y el apetito.
Todos los nobles se recogen y parten contentos hacia sus castillos y palacios a descansar. Mientras, los príncipes siguen soñando con nuevas aventuras junto a sus amigos. ¡Y a entrenar duro chicos!
Muchas gracias a todos los asistentes.
Resultados: R.C.V. blanco 1-les Abelles 4. R.C.V. verde 3- les Abelles 1.
R.C.V. blanco 1-C.A.U. 5. R.C.V. verde 2-C.A.U. 5.
