Crónica M-8.20-040-013.

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¡Enemigo a la vista!

Buenos días desde la máquina de pergeñar crónicas. Amanece, todo está en calma en lo alto de la colina. El sol brilla festivo, y calienta poco a poco en esta refrescante mañana. Sobre los montes yermos se perfila la silueta guerrera del castillo del Liceo. Un noble francés es su dueño en tierra de conquista.
En la fortaleza, esperan hace días, la llegada del enemigo, las huestes del Marqués de Aranda. A sus ordenes cabalgan los caballeros: Mario, Gonzalo, David, Vicente, Arnau y Pau; junto a los infantes y escuderos: Asier, Héctor Taja, Gonzalo chico, Ximo y Diego.
De repente suena claro en la mañana, el grito del centinela de la torre: ¡Enemigo a la vista! Y detrás de una gran polvareda aparece el ejército comandado por el Conde Faisu, «el colmenero», con sus túnicas naranja y negra de les Abelles. De nuevo una voz de alarma, por el sur arriban los caledonios del CAU, capitaneados por el barón Mark de las Tierras Altas, todos de rojo y negro.
Nuevas voces de alarma se alzan: ¡Rápido a las murallas, cerrad las puertas, levad el puente! Los enemigos se preparan para el asalto, fabrican un ariete con el tronco de un árbol, empujan sus torres de asalto, y cargan las catapultas.
Tras un largo silencio, de relance empiezan a silbar las flechas. ¡El asalto! Los atacantes intentan atravesar el foso, derribar la puerta, alcanzar las murallas con la ayuda de las bastidas.
Desde el castillo con sus arcos los valerosos soldados del Marqués se defienden. Y apuntan lo mejor que pueden al abrigo de las saeteras y desde las almenas. La lucha es tenaz, sin tregua.
Los guerreros del Valencia con sus túnicas verdes destacan por su valor y atrevimiento. Ximo con su maza pelea en primera línea. Diego y Héctor Taja afinan la puntería con sus arcos desde lo alto de la muralla. Mientras Asier y Gonzalo chico repelen con la espada al feroz enemigo. Los caballeros se pertrechan, es su último recurso contraatacar. Mario y Gonzalo se colocan la armadura; lucen yelmo con plumas David y Pau; y toman sus lanzas Vicente y Arnau. Todos llevan la sobrevesta verde, empuñan sus espadas y el escudo con el dragón. Montan sus briosos corceles, se alza la reja, baja el puente levadizo. ¡A la carga! En cuanto cruzan el foso se despliegan en dos líneas, y los infantes, con Ximo al frente, arremeten con fuerza en lo más profundo de la batalla. Ya no hay vuelta atrás, la lucha es sin cuartel. Los caballeros embisten con sus lanzas envolviendo al enemigo asaltado, estos se defienden bien y luchan con renovada energía.
En lo alto de la torre del homenaje el Marqués divisa el estandarte de un caballero amigo. El mensaje llegó a su destino, las huestes de la Flecha Negra llegan al rescate. Los asaltantes huyen abandonando el campo de batalla.
Ahora cabalgan blandiendo la espada: Alex, Nacho, Axel, Héctor, Oscar, Bruno, Manu, Didac y Juancho. Con su túnica blanca y sus caballos alazanes. Alex y Nacho son los primeros en golpear con dureza al hostil. Oscar y Héctor pelean duramente incluso apeados de su montura. Los contrarios parecen ceder ante el nuevo y letal empuje. Axel y Didac persiguen a los adversarios huidizos. Salen en emboscada peligrosa Juancho y Manu. Y Bruno remata al enemigo derrotado.
Un tercio de linces, entre los que sobresalen: Carlitos, Pablito y Héctor «el Botitas», hijo del victorioso Iñigo «el vascón», dan fin a la escaramuza, y toman los últimos prisioneros.
El señor del castillo ofrece un banquete en honor de los valientes caballeros y soldados, que comentan entres risas sus proezas y hazañas.
El rugby es un juego de batalla, pero no es la guerra. ¡A entrenar duro chicos!

Resultados: RCV blanco 6-CAU 4. RCV verde 5- les Abelles 7.
RCV blanco 5-les Abelles 6. RCV verde 4- CAU 6.