Crónica Jornada Sábado 22 de Noviembre

Archivos

Archivos

Buscar

Buscar

Buenas a todos y todas, este fin de semana los jabatines de Valencia Club de Rugby Liceo Francés Blanco se reencontraban con sus amiguetes de juego en el campo del río, con los siempre peleones del equipo de les Abelles y los grandotes del Tatami.

Nuestros chicos dirigidos de forma familiar y marcial por Patri y María, se enfrentaron en una primera ronda eliminatoria al equipo de les Abelles, en un partido muy disputado desde el primer minuto, en el que unos y otros avanzaban sin parar hacia la línea de ensayo con carreras que en muchas ocasiones eran certeramente alcanzadas a escasos metros de la línea de marca, derribando al jugador escapado. Momento en el que de nuevo los mas avispados de uno y otro equipo, haciendo caso omiso a todas las reglas del fuera de juego que María (arbitro a la postre) pacientemente intentaba aleccionar, peleaban por el oval como si les fuera la paga o los regalos de navidad en ello. Nuestros chicos defendían palmo a palmo todo el campo, cuando el despiste intrínseco de esta categoría se lo permitía, -de todos es sabido que tan importante es comentar con el amiguete de línea qué hizo ayer Bob Esponja, como que se prepare porque uno del equipo rival escapa con la pelota-, pero bromas a parte, todos los estudios indican que a medida que el gustirrinin por el Rugby va entrando en el cuerpo, Bob Esponja y los demás poco o nada tienen que hacer frente a estos valeroso chavales que progresan de un modo increíble, y que destellan divertimento en el campo al tiempo que se suceden los partidos y los entrenes.
Los S8 de Abelles, fueron un digno contrincante, pero nuestros pequeños se fusionaron en uno, como un gran equipo, y daba igual que los relevos fueran encadenados; el siguiente ocupaba con total concentración el lugar que su compañero de equipo le había prestado, para pelear por llevar el balón hasta la línea de in goal contraria, y así y sucedían los ensayos, que fueron muchos y con el trabajo de todos los compañeros. Sin que ni por un instante los amigos de Abelles dejaran de intentar una y otra vez ponerse por delante del marcador, el Valencia Rugby Club, les ponía el listón muy alto, con placajes dignos de cualquier equipo senior, y robando el balón en los rucks, como de buenos pillastres se trata, y girándose tras escuchar un sonoro TRES, TRES, TREEEEEESSS!!! para poder encontrar a un compañero a quien pasar el balón y continuar con la jugada. Uno tras otro todos participaban de los agrupamientos, de hecho unos encima de otros cual pirámides humanas, hasta que María conseguía hacerse con la pelota para poder ponerla en juego de nuevo. Si iniciaban el ataque, el apertura atento esperaba a que sonara el silbato para pasársela al compañero que ya esperaba con las manos abiertas y los brazos extendidos; si por el contrario se trataba de defender, tras retroceder los metros de cortesía con el rival, abrían ampliamente los brazos para construir la murallita que impediría que los chicos de les Abelles pasaran a su campo….así tras los minutos de rigor nuestros chicarrones del Valencia Rugby Club, habiendo llegado mas veces a la línea de ensayo contraria, daban las gracias por el partido a sus rivales, felicitándoles por su juego, en el tradicional pasillo que pone punto final a cualquier partido de rugby.

Por tanto, tras esta victoria los chicos pasaban a la final junto con el poderoso Tatami y sus grandotes grocs i negres. Para la ocasión se cambiaron los papeles y Patri se enfundó el traje de Referee, mientras María dirigía tras la líneas a los chicos en sus avances rugbisticos. En esta ocasión, los primeros choques evidenciaron que el partido iba a ser más duro que el anterior, como es de recibo tratándose de una final, y que los amigos del Tatami no se lo iban a poner nada fácil a nuestros chicos. Si bien los primeros en abrir el marcador fue el Valencia Club de Rugby, en pocos minutos los enormes rivales fuero derribando uno a uno a todo aquel que quisiera apoderarse del balón y en jugadas individuales y aprovechando sus diferencias de tallaje, llegaron a la zona de marca del Valencia en varias ocasiones. Sin perder la esperanza, ni el orgullo nuestros jabatos intentaron una y otra vez, volver a posar el balón en el in goal, pero a menudo se encontraban con la muralla groc i negre, que no les dejaba avanzar ni unos metros, se fueron sucediendo los intentos, sin que bajara la guardia ni un instante, mientras los compañeros de refresco esperaban su turno ansiosos, al tiempo que animaban con sus cánticos a los compadres que peleaban contra el Tatami en el campo. Nuestros chavales hicieron gala de pundonor y de ganas de desarrollar su juego sin dejar escapar ni una oportunidad. En la segunda mitad un par de incursiones por la banda de uno de los chicarrones del Tatami, que a su paso fue derribando uno a uno a todo aquel que se ponía a su paso, con un refuse estilo metralleta, volvió a adelantar al rival en el marcador; no por ello cejaron en su empeño de coger las riendas del equipo, todos ellos ponían lo mejor de si mismos, intentaban seguir al compañero en el apoyo, robar todos los balones al contrario que podían, y placar sin cesar por muy grande que fuera el tamaño del contrario. Al final nuestros chicos se divirtieron, con algo muy propio del Rugby que no es otra cosa que la de enfrentarse a equipos que te doblan en peso, y con quienes se tiene la oportunidad de demostrar que si se le placa bajito y con el hombro, no hay gigantón que no caiga al suelo, así por tanto era el turno de agradecer a los chicos del Tatami, recién llegados a la categoría de S8 haber disfrutado de una reñida final en el campo del río, emplazándonos a volver a jugar tantas veces como tengan oportunidad a lo largo de esta y las temporadas que vengan, porque como decía un monje irlandés: “El rugby es una escuela de la vida que te acompañará por siempre fiel a sus valores”.

Destacar el gran trabajo de María y Patri a los mandos de nuestros aguerridos Valencia Rugby Club equipo Blanco, inculcándoles el trabajo en equipo, el respeto al rival, y el buscar siempre sumar, apoyándose en todas las jugadas, y prestar atención a los entrenamientos de los que tantas buenas lecciones sacan semana a semana. Agradecer a los padres que animaron sin cesar a sus chavales, aplaudiendo las buenas jugadas de ambos equipos como es de rigor en este bello deporte, y dándoles esos besos curativos que hacen desaparecer cualquier mal y dolor como por arte de magia.

Seguir entrenando chicos, viendo todos los partidos de Rugby que os apetezca (los podrían programar en Clan TV!!!) , y disfrutando en los entrenes y los partidos junto al resto de equipos con los que os vayáis encontrando jornada a jornada.