Una trobada intergaláctica.
Buenos días desde el ingenio de la historieta. El sábado 8 de febrero del 10014 se celebra la 3ª trobada intergaláctica de superugby en Tavernes de la Valldigna, planeta de la galaxia la Safor. Y desde los confines del universo parte la nave interestelar Tecnidex, al mando del comandante Transvía, con tres potentes escuadras: los S-8 comandados por Tomás el selenita y Asier el blade runner; los S-12 con sus capitanes Antonio el androide pinktone y Alberto el skilbur y los S-10, un heterogéneo grupo de mutantes con superpoder mental.
Siguiendo la emisión de microondas que emite el planeta Tavernes, la nave interestelar llega a su destino, dejando un imperceptible rastro de radiación infrarroja.
En el campo del Vergeret, rodeado de naranjos transgénicos y montañas protogeológicas, van acudiendo los diferentes equipos participantes: los anfitriones tavernícolas, saforianos que según su uso y costumbre tienen un año más en su planeta, y los alcireños de la nebulosa Ribera, cuyos jugadores se dividen entre gruesos y obesos. Del satélite saturniano 4 Carreres proceden los mutantes himenópteros de les Abelles, que siempre ofrecen un juego excelente; de la vecina Cullera los marcianos cullerots. Y desde el quásar de la Marina Baixa, llegan nuestros compadres de la Vila-Joiosa extraterrestres representantes del mejor rugby de la galaxia Alacant.
La competición se inicia con 45 microcentésimas de retraso (tiempo estimado en crones galácticos), pero nada puede ya parar el espectáculo deportivo. Algunos jugadores lucen cascos radiobiónicos y botas de fibra óptica, pero la estrella es el balón electromagnético Gilbert, que obliga al portador del balón a deshacerse del mismo en menos de cinco nanomilésimas, si no quiere verse perjudicado por una fuerte descarga eléctrica, lo que facilita al árbitro mercuriano Jorge Aranda pitar el retenido.
El RCV Liceo francés, que cuenta sus participaciones por triunfos, se enfrenta en el primer partido a les Abelles. Comienza el partido, y en el primer lance Vicente demuestra su súper poder: la hipervelocidad, quemando la línea de touche. Les Abelles lo intenta sin éxito, mientras Pablo hechiza a los contrarios corriendo a paso de vals hacia el ensayo, para ello utiliza su facultad más preciada: la trasmutación. El juego es rápido y sin tregua, al empuje de les Abelles responde Luisón un androide con pilas inagotables que le otorgan máxima resistencia, y si el oponente acosa con fuerza hay mutantes sicológicos como Artur que pueden volar. Y si la cosa se complica y hay que recurrir a grandes remedios, siempre están dispuestos los alienígenas Javi y Sergio que poseen fuerza meganuclear y poder de destrucción masiva.
En los siguientes encuentros les toca el turno a Tavernes y Alzira, dos conjuntos cuyo sistema de juego consiste principalmente en agafar la pilota i tirar cap avant, espentar en força i no escamparse mai. Ante este despliegue de quilos y potencia descontrolada aparecen Luís, Arnau y David Marco extraterrestres terrícolas de 5ª generación con intelintigidad superior capaces de fabricar brillantes pasillos de luz por donde escapar a troche y moche. Estos estupendos jugadores son tan habilidosos que pueden sacar provecho incluso de un pase que sea auténtica caca de la vaca, como Pau y Héctor que tienen visión biónica y sus miembros telescópicos pescan cualquier balón.
Para combatir a los tavernícolas y robustos alcireños nadie mejor que Rubén y Manuel, dos transformers indestructibles; y quien supera siempre las expectativas es Alex, del noble linaje de Cassiopeia, alienígena de raza superior que cuenta con supercoraje.
El juego es cada vez más esquivo y pleno de ardides para eludir al forzudo contrario, en estas triquiñuelas destacan Juancho y Carlos dos valientes nanorobots, que igual te sustraen el balón con delicadeza, que marcan un ensayo en un santiamén. Y si hay que pegar fuego al partido Ivanchut y David Meis son dos replicantes último modelo que lucen cabellera incendiaria.
Al final casi siempre llega lo mejor, los mutantes del RCV se enfrentan a los marcianos del rugby de la Vila-Joiosa. En este Big Bang de partido sí se aprecia ese juego lleno de chispa, gracia, gallardía y encanto, donde el balón ya no se trasmite como si fuera caca de la vaca, si no burbujas de champagne en 4-D, y en medio de este vertiginoso torbellino de jugadas, surge Matheo un caballero thornbai en la tradición del juego jedi, y su compinche José María joven teniente de la liga intergaláctica. Por parte de los vilenses en esta apasionante distracción destacan con sus poderes sobrenaturales Manel, Kiko y Diego, y rematan con eficacia las jugadas, gracias a su velocidad supersónica, Jaume el Malenet y Javi. En este emocionante encuentro también sobresalen Hugo y Dany, hidalgos biónicos, mitad muchacho mitad máquina, que no conocen el miedo, y lo mismo se enfrentan a una bestia sincrotrónica que a un marciano H-R.
La trobada llega a su final, y antes de despedirnos hasta la próxima, un refrigerio a base de smilblick-cola y bocatas de pernil cibernético, remata esta estupenda jornada de rugby interestelar.
¡Tartuk pet intuput, oink hjtk go a luknouc magosi! (traducción del marciano: ¡Entrena con ganas, y sé fiel a tus amigos!
Para este fin de semana (15-02-014), el sábado tenemos doble sesión en el Liceo: entrenamiento de 10h a 11h., y luego partido contra el CAU blanco. Hay que preparar el 3º tiempo. Nos vemos el viernes. Muchas gracias a todos. Desde Venus con amor, atentamente los entrenadores S-10.