CRONICA DE LOS S8 – SABADO 20 DE SEPTIEMBRE DE 2014

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Este fin de semana dábamos inicio a la temporada rugbistica con un encuentro amistoso, y nunca mejor dicho, junto a los eternos rivales, compañeros y amigos del CAU Valencia en el campo del Río. El día soleado hacia presagiar una jornada de Rugby sensacional, en la que disfrutaríamos de los progresos de nuestros chavales, mas incluso de lo que habríamos imaginado.

Si bien el estado del campo no era el idóneo, la falta de mantenimiento es más que evidente, son circunstancias propias de este bello deporte que enseñan y ayudan a amoldarse a cualquiera de las condiciones del terreno. El Liceo Francés Rugby Club Valencia Blanco, dio pistoletazo de salida a la temporada 2014/15 en categoría S8 frente a un CAU como siempre bien posicionado y animoso en el juego; los mayores de entre los S8 desplegaron una a una la experiencia de haber jugado ya una temporada en la citada categoría, con buenos placaje que hacían retroceder una y otra vez al contrario y con pases y escapadas por las bandas tras fijar al oponente en varias ocasiones. Doy fe que algunos de los padres no daban crédito de las virtudes rugbisticas de sus chicos y les animaban a seguir peleando metro a metro y a no dejarse avasallar por un CAU que en todo momento plantó cara a un Valencia muy metido en el partido. El resultado final, si bien es lo de menos, demostró que el juego divierte, que las ganas están ahí y que hay que seguir apoyando uno a uno a todos los compañeros si se quieren divertir y disfrutar de este bello deporte en el que todos y cada uno de los chicos son necesarios para desplegar el juego, desde el que corre mas, hasta el que pasa mejor, o el que placa sin importarle el tamaño del rival. Mención especial a los padres del equipo Blanco por apoyar desde la banda a sus chicos, y aplaudir de igual manera las buenas acciones del equipo rival, detalle básico en el mundo del Rugby, en el que se respeta por encima de todo el buen hacer propio y contrario. En lo deportivo tan solo eché en falta mas juego a la mano, y por tanto mejor posicionamiento en ataque y defensa, aspectos que poco a poco intentaremos inculcarles.

Por su parte el Liceo Frances Rugby Club Valencia Verde, con los más benjamines del equipo hizo gala de muy buenas intenciones y ganas luchando por todos y cada uno de los balones. Un CAU igualmente jovencísimo se encontró con un Valencia que dejaba boquiabiertos a padres neófitos en el mundo del oval, sorprendidos de cómo sus hijos daban caza a todo aquel que quería escapar para ensayar o como empujaban en las agrupaciones al unísono para apoderarse del balón y salir disparados hacia la línea de ensayo contraria. El hecho de disponer de una buena cantera permitió que todos jugaran, que todos se contagiaran del espíritu de equipo que se palpaba en el campo y sobre todo que se divirtieran como jabatos animando desde la banda a sus compañeros y estando atentos por si les tocaba sustituirlos en cuestión de segundos. Las sensaciones no podían ser mejores, teniendo en cuenta que para la mayoría de ellos era la primera vez que jugaban un partido de Rugby, y por ende para los espectadores que veían como el trabajo de los entrenamientos poco a poco va adoptando sentido en el campo de juego, ya que el resto de equipos con los que nos enfrentaremos de igual modo ponen los cinco sentidos en darles las bases para que sigan disfrutando de este deporte desde el minuto cero hasta que lleguen a la edad adulta. En lo puramente deportivo, los chicos deben seguir viendo las virtudes de jugar en equipo, por y para el grupo, mejorar su posicionamiento en el terreno de juego, conscientes de qué a estas edades donde el balón es como un terrón de azúcar es quizás lo que más les vaya a costar.

La jornada finalizo con el ágape del tercer tiempo, en el que muchos de los padres nos transmitieron sus sensaciones, al ver a sus hijos divertirse y pelear como no lo habrían imaginado, al tiempo que el acto social de reencontrarse con antiguos rivales y amigos, sienta las bases del respeto y el divertimento deportivo que se pretende transmitir en todo momento, gracias a tradiciones como las del Tercer tiempo son fundamentales para entender este bello deporte del Rugby.

Agradecer el apoyo de los padres, sus ánimos –insisto a el propio equipo y a los rivales, base para que respeten siempre a sus contrincantes- y la ayuda logística de aguadores y gestión de cambios en la banda. Y me gustaría finalizar esta crónica agradeciendo también que les deis la oportunidad a vuestros hijos de participar en un deporte que no tiene casi nada que ver con lo conocido o habitual en el mundo del deporte, que les brinda muchas cualidades deportivas y educativas, y que solo el ir poco a poco entrenando, inculcándoles humildad, esfuerzo, colaboracionismo, dedicación, compañerismo y mucho respeto, los frutos vendrán con el tiempo por si solos, y quien sabe si el día de mañana ellos copien vuestra iniciativa y trasladen a las siguientes generaciones la pasión por este deporte.

A seguir entrenando chicos!