Crónica 5ª trovada autonómica Elche 28-03-015.

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Fuego en el Palmeral (una historia del salvaje oeste).

Buenos días desde la máquina de pergeñar crónicas. En esta radiante mañana de primavera, ya cabalgan los soldados del regimiento de caballería de la Vila al mando del capitán Kiko Bou, por los palmerales de Elche.
El sol refulge como un espejo bruñido, las palmas secas crujen bajos los cascos de los caballos de los bandidos ilicitanos, donde abundan los cuatreros con botas de tacos y los desertores de la méle, preparados para el asalto a la diligencia. Sin sospechar que emboscados en la árida sierra esperan los forajidos de Alicante con sus jugadores de gatillo fácil y sus rudos mountain mans.
Y entre tanto Winchester 73 y colts 45 de segunda mano, allende el Vinalopo, llegan los salvajes comanches y kiowas de
Valencia.
Antes incluso de que los sheriffs del juego limpio y los Rangers del fuera de juego se den cuenta, los bandidos de Elche y los forajidos de Alicante se han liado a tiros y pedradas, pero visto desde las gradas del campo José Antonio Amorós Palao parece que se disputan un balón de curiosa forma ovalada.
Apenas han dirimido sus diferencias los villanos del oval, que toman la pradera los indios con sus torsos desnudos y rostros pintarrajeados de guerra.
Suena la corneta sobre el tronar de los tambores indios, y se lanza la caballería vilense a por todas, los comanches y kiowas corren sin orden ni concierto como presa del pánico.
Atacan en punta de flecha Lucas, Jero e Iván; Diego junto al teniente Manel y Adrián arremeten con fuerza contra los indios chillones y belicosos. Marc, Oscar y Germán, más atentos a las cabelleras rubias que al balón, ven como la caballería les pasa por delante. Hay kiowas temerarios como Pau Caballero y Vicente que no se esconden en el fragor de la batalla, y también comanches que aunque alocadamente enfurecidos hacen frente al enemigo como Daniel, David Meis, Carlos y Asier.
Cada vez que los indios lanzan un ataque saltándose a la torera las más básicas reglas de la táctica bélica, la caballería azul responde con sus diestros y valerosos soldados a la cabeza Jaume con Kiko y Marcos.
El contraataque de la veloz caballería es demoledor, y por más que los indios se agrupen alderredor de los poderosos guerreros Hugo, Emi y Ximo, su lucha de guerrillas no surte efecto alguno en campo abierto.
Jordi y Carlos suenan la última carga, mientras los indios majaretas corren en desbandada, aún así se resisten Arnau, Guille y Pau Gonzálvez, hoy poseídos por el espíritu del bisonte.
Con el postrer toque de corneta los indios sacan la pipa de la paz, y se la ofrecen a los valientes soldados de la chaquetilla azul.
Han aprendido la lección estos indios rebeldes: no vale atacar a lo loco, si no guardamos la retaguardia y defendemos nuestra plaza con orden y arrojo.
La caballería de la Vila prosigue su cruzada contra el maligno, y esta vez les da su merecido a los forajidos de Alicante. A continuación para reconciliarse con el espíritu de Toro Sentado los indios salvajes prosiguen con su guerra de guerrillas frente a los bandidos de Elche y los forajidos de Alicante. Para finalizar esta incruenta pelea el regimiento de la Vila y la peligrosa banda de cuatreros ilicitanos luchan a muerte, bajo un sol de justicia.
Como no hay victoria o derrota sin honor, ni lucha sin recompensa, a todos los participantes se les obsequia con una ración de macarrones rancheros y zarzaparrilla.
Y felices y contentos, por haber disfrutado de otra divertida y emocionante jornada de rugby crepuscular, a lomos de sus rocines cada uno vuelve a su corral.
Este juego a la par amable y brutal, tierno y plebeyo, sabio y popular, sigue siendo, aún hoy en día, un canto a la libertad casi desconocido.

¡Entrena con ganas, y sé fiel a tus amigos!

Muchas gracias a nuestros anfitriones del Elche C.R.U, y a todos los que compartieron la alegría de jugar al rugby en esta 5ª trovada autonómica.
Nos vemos en Boadilla del Monte.