Crónica 30 – Vinay – Le tournoi de la noix

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Buenos días desde la máquina de pergeñar crónicas. Como esta gira ha sido a casa de nuestros vecinos los franceses, la máquina va a redactar la crónica en francés, mejor dicho en françois habla de Vinay.

Jugar al rugby, viajar hace crecer, madurar a los chicos. A los adultos nos hace sentir como niños; viajar a Vinay es como volver a nuestra infancia, la única patria a la que de verdad pertenecemos. Aunque sea el pueblo chiquito de José Luis, y de Alexis en sus vacaciones, es un microcosmos en el que nos reconocemos todos: su valle verde plantado de nogales, su río caudaloso l’Isère, las casitas de pueblo, la montaña, ¡ah! Le Vercors reconfortante perfil verde y rocoso tan dulce a la vista; y sus gentes acogedoras, entrañables, sin excesos, sin dobleces. Y qué decir de nuestra estupenda expedición, gracias por vuestra compañía, gracias por hacer que me sintiera de nuevo un niño.

Por el riel de la luna llena nos conducen Francis y Felipe hasta Vinay de maravilla. Vamos de camino por la douce France, desayuno de campaña y almuerzo campestre. Y llegamos a destino, al que será nuestro punto de encuentro, juego, diversión y solaz: le stade Robert vieux Melchior. ¡Bonjour monsieur Marchand, bonjour Nicole, salut Alain, bonjour tous le monde!  Mientras la grey menuda retoza por la verde hierba, apéro con chacina ibérica y vermut casero. Y tras la comida bajo la carpa, nos vamos au Grand Séchoir, museo de la nuez, principal producto de la economía local, con denominación de origen «noix de Grenoble». Un mundo entero en la cáscara de una nuez.

Le tournoi de la noix

De nuevo viajamos a nuestra juventud feliz y despreocupada nos instalamos en el boulodrome municipal, ducha con agua calentita, y nos vamos au stade R.V.M. Cena disfrutando de un formidable atardecer, cuando todavía refulgen los últimos rayos de sol sobre la muralla del Vercors. Y la barbacoa, dos pringan con el fuego y las carnes, mientras cerveza o chato en mano los demás opinamos sobre las bondades del asado, e incluso despotricamos de los esforzados cocineros. Al ritmo de Georgie Dann: “la barbacoa, la barbacoa, como me gusta la barbecue…qué ricos los chorizos parrilleros…y ese vino de garrafa”, Roberto y Carlos le echan más carne al fuego. Un porche party en pijama a la luz de la luna, después ya en el catre sonido de alarmas en sueños, cuando José Luis, ses copains, Diego y Txema huyen sigilosos al “Ladies” de Vinay.

Sábado, los primeros rayos de sol ya perfilan la cumbre del massif du Vercors, la canalla coge fuerzas en el desayuno con croissants au beurre para afrontar le tournoi de la noix.

Da comienzo el torneo que cierra la temporada de rugby de las escuelas de l’U.S. Vinay, este año participan cerca de 70 equipos en las categorías M-6, 8, 10 y 12, con casi 750 jugadores, todos a la sombra de un verde nogal, al abrigo de la noguera parlante. Cuatro grupos componen la competición de M-10, partidos fugaces de 8 minutos, cuatro por la mañana y otros tantos por la tarde, las manecillas del reloj empujan también en la melé. El equipo naranja empieza contra el CS Grévisandau – Belledone, son grandes y en el primer ataque demuestran gran destreza en el manejo del balón, no en vano serán los campeones. Hay que defender la línea de ventaja con uñas y dientes, algunos con mal pie, Nacho da órdenes precisas desde lo alto del nogal, todos unen fuerzas y mantienen a raya al rival.

Le tournoi de la noix

El campo verde hormiguea de jugadores febriles. Cierro los ojos y oigo un bullicio estival que huele a monte y hierbas silvestres. Iñigo  empuja con ánimo alentador dese la banda, a punto está de saltar al campo, da con buen criterio palo y zanahoria; Fernando parece que haya pastado tréboles, su juego pura lucha. En el valle la luz rueda también la pelota y llena el pecho de aire fresco a través de los ojos, Eric toma a manos llenas y escapa como cabra al monte. En estos campos de Dios de grandes dimensiones, Paul corre es un caballo alazán; y Curro a falta de pasabola habla con el árbitro chino, pero no es un chino cualquiera es le chinois de la noix.

Saint Marcellin y Saint Donat son dos buenos rivales de la contorná, el equipo verde asalta lo verde con alegre desparpajo. Lucas es su comandante, ya salta desde lo alto de la noguera y revienta la pelota. Todo alrededor es verde como el verde mar, feraz y majestuoso como la montaña verde, los jugadores son animalicos salvajes en la pradera donde ha desaparecido la sombra alargada de la hache.

Isma corre dándose con los talones en el culo, Diego hace lo mismo pero mirando de lado  y enseña los dientes;  el viento verde que baja del monte sopla suavemente y la pradera se ondula es la mar de juegos, algunos jugadores se aferran al balón como al ancla de un barco hecho con cascaras de nuez. Los equipos juegan a la deriva sobre la alfombra campera, Juan Antonio toma de la mano a su hermano Carlitos y juntos se aventuran por el bosque de jugadores, y observan asombrados a Víctor embestir frondosos nogales  verdes. Y mientras los partidos da la impresión de estar pintados, hay alocados bailes al borde de la touche.

Descanso para comer bajo la sombra de las carpas andantes, refrescante melón y sandía a los postres, y una guitarra de jamón.

Le tournoi de la noix

Se reanuda el torneo, y se suceden los encuentros se juega à bout de souffle: Voiron con su Chartreuse verde, la Motte Servolex, Eymeux, la Tour du Pin nos sirven por favor de amuse-gueules.  Pero parece que el balanceo de la cuna de la alegría se adormece. En cada lance Alexis es un arrebato de impulsos, tous le village l’espia; Jorge está como pez en el agua sobre la alfombra verde, el tractor arranca. Por las laderas del monte un aliento abrasador insufla de ardor guerrero a nuestros luchadores; Nacho y Lucas son los paladines del honor español; Ibu y Héctor no se resignan con tan escaso premio y se aferran al tren verde del juego; la sombra desdibujada de Sergio vuelve a resurgir bravía.

Desde la fortaleza montaraza del Vercors, Succieu, Tullins y sobre todo les guêpes de Vinay no quieren perderse el festival; David, el caballero enfurruñado, lleva de escudero a Octavio caído en la batalla aguantara hasta el final. Y a los pies del rocoso alcázar han ganado sus espuelas de caballero Vicent y Manuel, y entre los caídos, Nacho y Lucas alzan al valeroso Iván malherido en la contienda, que guardaba las enseñas del equipo.

Termina le tournoi de la noix, se entregan los trofeos encima del remolque, desafiante le Vercors brilla más intenso bajo un cielo azul de fantasía. Antes de que se enfríe el ambiente ducha festiva en el vestuario del primer equipo (que esta temporada ascendió a fédérale 2). Vamos recogiendo las pertenencias, y cuando el sol todavía llueve amable en el valle verde,  tomamos el tercer tiempo con los amigos de Vinay, génépi des Alpes incluido. Llegan los abrazos de despedida, nos citamos para el año próximo, todavía con las impresiones del viaje brillando en los ojos.

Nos instalamos en el bus, y por el riel de la luna llena Francis y Felipe nos regresan a Valencia.

Sin duda volveremos a Vinay, porque de nuevo nos robó el corazón. Gracias a maman Madeleine, a super Lucía, a la belle Beatrice, a Diego, Roberto, Sergio, Guillermo, Fernando, Txema, Carlos, Pascal, Lolo, Vicent, Iñigo, y por supuesto a mon pote  José Luis.

¡Entrena con ganas, y sé fiel a tus amigos! ¡Vive Vinay!

Le tournoi de la noix