Crónica 22/23-04-2017. Torneo Pantera.

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Un pase a quemarropa. (Otro caso del inspector Jem Mackie).

Buenos días desde la máquina de pergeñar crónicas. Sábado 22 de abril diez de la mañana, el inspector Jem Mackie espera en la barra del bar del mercado Central al Gordo, el Oso y Rambo para almorzar. Toma el teléfono móvil:
-¿López ya estáis en 4C?
-Sí jefe, pero esto va con retraso.
-Vale, vigílame sobre todo a los S-10 del RCV, y entre ellos a Ibu, Isma y Jorge que la pueden liar. Esta tarde me pasas un informe de las incidencias. Ah, dile a Pérez que hable con Fran Baixauli de lo nuestro, y que sea discreto.
-De acuerdo jefe, hasta luego.
En 4C va a dar comienzo el torneo Pantera 2017, Anselmo López y José Luis Pérez, subordinados del inspector Mackie, esperan pacientemente el inicio del torneo estratégicamente situados en el quiosco tomando un café de amigos. Las instalaciones bullen de infantes jugadores y colores varios. Una vez ha pasado el desfile inaugural, López y Pérez hablan con lucía la delegada de los S-10 del RCV, y ella les indica donde van a jugar y donde están las carpas del club. Y allí se dirigen López y Pérez, hacen acopio de bebidas espumosas y se apostan para ver evolucionar a los díscolos S-10.
-Informe del oficial Anselmo López.
11h.45 sábado 22 de abril. Primer partido RCV vs. Sitges. Los sitgetanos son viejos conocidos pues ya se han enfrentado a los del RCV en dos ocasiones esta temporada, en Sitges y Tarragona. Es un equipo duro y combativo, que intenta pegar fuerte y rápido desde el inicio. El equipo que presenta el RCV combina jugadores dominantes y satélites a partes iguales, cóctel de alto riesgo de cara al resultado de los partidos. Pero eso no debe importar a los entrenadores. El partido resulta al principio trabado y algo falto de criterio en el juego.
Pau está omnipresente en la salida del balón de las fases estáticas, luego le cuesta un poco dar continuidad al juego. Un satélite perfecto es Gael está siempre presente, aunque su calma no acabe de encajar bien con el relámpago. Iván crece en cada partido como jugador, es puro músculo para el equipo. Raúl y Franki son dos auténticos baluartes de los nuestros, faros en la oscura costa que guían los pasos de sus compañeros. El resto son once valientes que aguantaron lo que fue necesario en este torneo pascual. Este primer encuentro dejo olor a desazón.
13h. Partido contra el Tatami. Los compinches gualdinegros cuentan entre sus filas con un número siete dominante, pero Iván lo mantiene a raya. Aquí el equipo juega con más criterio y se pueden ver buenas jugadas que culminan en varios ensayos: Álvaro desbordando la defensa de costado, en vertical y por la banda; con ahínco y sin mirar atrás Héctor; Juanjo insistiendo una y otra vez; Luis en un eslalon imposible; calculando con lucidez el momento Franki; asaltando la ocasión Ibu e Isma atacando el intervalo que el mismo se fabrica. Pero claro esto es un juego de equipo: Pablo ilumina el escenario con cada balón que toca; Eric es un púgil de “peso lástima” que fulmina; haciendo las mudanzas y batiendo el cobre Jorge es el primero y Juan con María, aunque parece que hacen la estatua, son señuelos que causan pavor en la defensa.
Domingo 22 de abril diez y media de la mañana, Jem Mackie está en el Flammam. Suena su teléfono móvil.
-Espero López que me llames por una causa grave, me has pillado a punto de tomar el almuerzo.
-Bueno parece un caso de pase a quemarropa, seguido de cartón pleno, con pérdida del bucal, del casco, del balón…
-López no sigas con la enumeración, dime ¿alguna pérdida irreparable, pérdida de la dignidad?
-Pérdida de conocimiento.
-¿Se ha quedado “capuchino”?
-Me temo que sí jefe.
-Está bien, que acordonen la zona de los hechos, voy para allá.
El inspector Mackie se guarda el teléfono y apura el vaso de cerveza.
–Fino me tengo que ir, diles a los demás que nos vemos en los Madriles a las dos y media. Antes avisad a Pucherito. Hasta luego.
Cuando Jem Mackie llega a 4C se dirige al campo de fútbol donde se ubican los campos de juego de S-10. De los cuatro campos uno está casi vacío, solo un jugador vestido de rojo y azul yace inerte en el suelo y tres sanitarios le rodean, algún curioso a distancia observa la escena. López y Pérez acuden al encuentro del inspector Mackie.
-Hola jefe, se lo van a llevar a la unidad móvil que acaba de llegar- explica José Luis Pérez.
-Está bien, Pérez les acompañas, López vas tomando declaración a los testigos. Yo me quedo por aquí, veo que siguen los partidos y no quiero más incidencias desafortunadas.
El inspector Mackie ha visto que acaba de empezar el partido de Elche R.C. contra el RCV, y se acerca a la banda. Elche es un equipo entregado y dispuesto en sus labores, pero esta mañana el conjunto del RCV ha venido a cumplir con sus deberes y no contemporiza. En un santiamén la pareja Pablo y Álvaro desarbola la defensa contraria. Tienen el apoyo de dos nuevas incorporaciones de calidad Marco y Ricardo. Los de Elche por más que lo intentan se ven superados por las carreras de Ibu y el capitán Luis. En el trabajo más delicado de limpieza se afanan Jorge y Eric, incluso María y Juan se han pringado las manos. Y Juanjo, Héctor con Isma atacan la línea de ventaja en desconcierto.
Acabado el partido, los S-12 reclaman refuerzos de urgencia. Isma, Héctor, Luis y Marco se ofrecen voluntarios, y acuden aunque sea como carne de cañón con sus compadres los benjamines.
Mientras tanto ya comienza el siguiente partido contra les Abelles, parece que vayan a disputarse la copa del mundo, en el ambiente persiste un olor a rancia pugna. Jem Mackie se une en la banda a los hermanos Mendoza y Albert; y aprovecha para preguntarles si saben algo del incidente. Por sus gestos no parecen estar al tanto del asunto. Da comienzo el partido, les Abelles siempre presenta un juego hosco y confuso, hoy además tiene tintes algo sórdidos. Recurren en exceso a la corbata, los volteos de camiseta y el fuera de juego. El contacto resulta duro y contundente, en ocasiones casi roza la violencia. En la banda los padres, que pululan soñando con las proezas de sus hijos, ponen cara de descontento. Sin duda empeñaron la batalla de esta mañana. Y mientras la emoción grana en el aire, los golpes suben como la espuma. Les Abelles incluso reclama la presencia de algún jugador de más quilates para ver si consigue doblegar a los valerosos del RCV.
A Álvaro desde la banda los entrenadores le han dado instrucciones de tomar las riendas del equipo. Y de qué manera, en defensa es una máquina de placar, y aunque en ataque desafía a todos los abejorros, su ímpetu es irrefrenable. Su hermano Pablo le secunda como un demonio en rebeldía. Ibu y Eric livianos púgiles están en todas las refriegas. Cuanto más aumenta la intensidad del juego más se impone la fuerza de Jorge en los puntos calientes. Juan es el número uno en su puesto de pilar y María es firme en su posición de tres cuartos. Y dos que se han ganado la medalla de peleones son Juanjo, y Ricardo que acabará el partido marcando un ensayo en pick and go ahorcado por un abejorro feroz. Bueno aunque la sangre no llego al río, el terreno de juego quedo como rastrojera calcinada. Había que felicitar al equipo por su entrega. Y todos juntos a reponer fuerzas bajo la carpa. Más tarde llegaría el reparto de medallas.
-¿Pérez, hay novedades?
-El chico está recuperándose en el vestuario, pero tenemos novedades Anselmo ha ido a buscar al fotógrafo del RCV, parece que tiene imágenes interesantes.
-Muy bien, diles que vengan a verme a la carpa.
En los campos de juego sigue la actividad febril, el bullicio colorista no parece tener fin.
En la carpa del RCV: -A ver Jorge que tienes aquí, enséñame esas excelentes fotos, como siempre elegantes encuadres.
-Pero hay más Jem, tengo un video del incidente en cuestión.
-Veamos pues…
-¿Qué os parece López, Pérez, Jorge?
– Un pase a quemarropa sin duda.
-Yo diría más bien asesinato con alevosía-replica Pérez.
– A mí me parece que roza el fusilamiento- dice Jorge García.
-Fijaros bien en el vuelo del balón, es un caso de manos lascivas (ver crónica 29-10-2016/ 3 Relatos terroríficos 3). Esto es un asunto para John Silence.
Al día siguiente el inspector Jem Mackie en su despacho cierra la puerta por dentro, y abre un cajón, saca un teléfono antiguo y marca un número de cinco cifras.
-¿Sir John Silence?
-Sí diga, ¿con quién hablo?
-Soy el inspector Jem Mackie de la SFU.
-Sí ya sé quién es usted, ¿qué desea?
-Creo que tengo un caso de manos lascivas, y usted es el mejor.
-Puede recurrir a Thomas Carnacki, a Martin Hesselius; el profesor Challenger o el doctor Jules de Grandin son muy competentes en la materia, incluso Jorge Diego Garcerán “el Pantera” puede asesorarle.
-Sí Mr. Silence, pero todos ellos están muertos.
-Acaso no lo estoy yo también. (Silencio).
Fin. (Continuará…)
¡Entrena con ganas, y sé fiel a tus amigos!
Muchas gracias a todos. Entrenadores S-10.