Crónica 20-02-016.

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Mi apertura es un zombi.

Buenos días desde la máquina de pergeñar crónicas. Amanece, hace frío. Los primeros rayos de sol tiñen de púrpura y ascuas unas tímidas nubes. Nubes que se disuelven como el azúcar de la Luna, en el horizonte sanguinolento.
En los alrededores del polideportivo de 4 Carreres merodean unos individuos de sospechosa apariencia. Ropa verde lagarto hecha jirones, rostro demacrado, ojerosos, mugrientos, fétidos. Andares catatónicos, cataplexia en la mirada, solo articulan, entre mudos gruñidos, chiquichaques: ¡Ahgggh, buu buu, ñam ñam, uff, puag puaff, brrr!
Es el equipo S-10 del RCV LF Tec, los hechiceros vudú y el gran bokor convocan a los jugadores esclavos: ¡Muévete u te mato, Viriato! El equipo zombi se descoloca en el campo. La lengua de cartón y los pies niquelados, que arrastran como rocín desmayado; los zombis son caca de la vaca en el terreno de juego, como los pases que dirigen sin mirar.
Un asustado árbitro da el pitido inicial. Un partido horrible de juego patata se pone en marcha. Las criaturas humanas del CAU gritan como locas: ¡Socorro!, pero se llevan la pelota y huyen despavoridos hacia la zona de ensayo; la cabeza protegida por su casco antidemonios.
Los zombis corretean, gansean, retozan, saltan, pelean y son feos, y se olvidan del balón. Algunos como Rodrigo, Fran y Franky prefieren liarse a mordiscos con un desgraciado delantero bien gordito. Por su parte Luca, Iván Juan y David han agarrado al desdichado medio melé e intentan arrancarle el casco para reventarle la cabeza y comerse lo de dentro.
En la melé no talona nadie la pelota, Oscar, Mael y Carlos le comen la oreja a la primera línea, y a falta de mejor bocado se meriendan las botas de tacos. Y a Rafeta, resucitado necrófago, le encanta el rugby guarro.
Saciada el hambre y la sed de sangre fresca, los zombis se retiran, pero el juego continua, y otros zombis majaretas aparecen en el umbral de la locura. Aunque el brujo vudú cambia de estrategia, los jugadores zombis siguen con la caraja.
¡Que viene el Coco!-gritan los entrenadores del Cullera.
¡Mamá caca!-chilla el capitán cullerot.
En efecto el baile zombi sigue con su ritmo sincopado, y el paroxismo vudú llega a su clímax. Marco Disanto, Axel e Iván Bou han agarrado a uno del cuello, pero de verdad no puedo contaros lo que le han hecho. Todos salen corriendo, los Cullerots pidiendo auxilio, los zombis más carne y Marco B. Brahim, Germán y Pablo le han mordido al árbitro que pita como loco. Ximo y Emi son dos fantasmas cadáveres más atentos al jamón que a la pelota.
A pesar de esta hecatombe caníbal, Asier y Álvaro no se han olvidado de jugar al rugby, pero tras la furiosa descarga, “le coup de foudre”, le dan al “coup de poudre”, y hartos de mondongo y tocino, se dedican a correr como pollos sin cabeza por el terreno de juego.
Finaliza esta ensalada de rugby churriento, y superado el pasillo de rigor, en el que los zombis se han quedado solos, escapan a por su ración de callos, casquería fina, higuera loca y pepino zombi en el tercer tiempo.
Zombi o vivalavirgen: ¡entrena con ganas, y sé fiel a tus amigos!

Jugaron: Marco Disanto, Axel, Iván Bou, Marco B.Brahim, Germán, Pablo, Asier, Ximo, Álvaro, Emi, Rodrigo, Fran, Franky, Luca, Iván Juan, David, Oscar, Mael, Carlos y Rafeta.
Resultados: RCV verde 7-CAU 4.
Ensayos: Álvaro (3), Asier (3), Iván Bou (1).
RCV blanco 8-Cullera RC 10.
Ensayos: Álvaro (5), Ximo (1), David (1), Asier (1).