Crónica 19-octubre-2013.S-10

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Casque d’or.

Buenos días desde el ingenio de la historieta. Surcaba Helios el cielo azul, esta mañana otoñal, iluminando el campo de batalla, al sur del istmo de Corinto.
Dos ejércitos, pertrechados con sus relucientes armaduras, evolucionaban ordenadamente calentando sus fuertes músculos antes del choque. Las filas de hoplitas atenienses, y la caballería con: Samuel, Arnau, Juancho, Mateo, David, Bruno, David Marco, Javi, Matheo, José María, y Artur, llevan túnica blanca; las falanges espartanas, y su caballería con: Carlos, Rubén, Gonzalo, Alex, Daniel, Pablo, Mario, Vicente, Sebastián, Sergio, Luis Rullán y Héctor, lucen túnica verde.
La plácida luz que envuelve el paisaje y el suave viento, no hacen presagiar el excitante enfrentamiento que vamos a presenciar.
Suena un grito, como un agudo silbido, y los dos ejércitos se abalanzan, sin orden aparente, en el corazón de la batalla.
Pero pronto observamos la estrategia de ambos contendientes. Lo primero que utilizan los espartanos es la fuerza de choque de sus falanges contra las filas de hoplitas, potentes y penetrantes en la lucha cuerpo a cuerpo. El combate es rudo, viril, enérgico, los guerreros más fuertes aunque avanzan entre las filas enemigas, con aparente facilidad, sin la ayuda de los infantes y la caballería, no logran su objetivo: conquistar el campo adversario. Los hoplitas atenienses ponen cerco tras varias embestidas, pero al final, el éxito llega atacando con rapidez y astucia, sobre todo por los flancos, con la caballería y los infantes.
La alternancia del ataque frontal en masa y la movilidad de los cuerpos de orden ligero, constituyen el mejor ejemplo de lucha en equipo, y de efectividad en el ataque.
El espectáculo, a pesar de su crueldad, es bello y sobrecogedor. La lucha no tiene tregua, y todos se emplean con vigor y denuedo, ninguno rechaza el contacto por violento que sea el compromiso físico, al que se entregan con generosidad.
Tanto es así que un hoplita ateniense, al que llaman David Casque d’or*, cae víctima de un violento choque, en el fragor de la batalla, la sangre le mana del rostro, pero a pesar de ello resiste valientemente el envite, y logra escapar de la muerte.
Finaliza el combate en tablas, y bajo las más estrictas normas que dicta el código de honor del valeroso soldado, se retiran los valientes guerreros a saciad su sed y curar las heridas.
Túcidides no habría encontrado una gesta más épica que glosar en sus crónicas bélicas.
Hoy hemos disfrutado, jugadores y espectadores, de un vibrante partido jugado por dos estupendos EQUIPOS, con nobleza, sin prejuicios infantiles, como hombres de verdad.
Seguid así, y vuestro juego dará sus frutos. Esperamos más y mejor.
¡Entrena con ganas, y sé fiel a tus amigos!

Resultado: Blancos 6-Verdes 6.

Ensayos: Blancos- Arnau, Artur, José María (2), Mateo, Javi.
Verdes- Sergio (2), Pablo (2), Mario, Vicente.

*Casque d’or (Casco de oro): apodo que recibió Jean Pierre Rives, valeroso capitán de la selección francesa de rugby, en los primeros años ochenta, de melena rubia y que gustaba recrear su imagen de guerrero leonado y ensangrentado.