Llegamos a las instalaciones del río, es 16 de enero, son las 10:30 y por fin parece un día de invierno! Los entrenadores Patricia, María y Sergio ya se encargan de calentar a los rugbiers que han venido muy despiertos y con muchas ganas. Esto promete porque los jugadores se toman muy en serio desde el principio las indicaciones de sus entrenadores, a lo mejor empiezan los partidos más centrados que en ocasiones anteriores!
Durante el entrenamiento se ven equipaciones multicolores porque hay seis equipos diferentes, aunque finalmente los nuestros solamente jugarán dos partidos, el segundo de ellos entre los dos equipos del Tecnidex.
Ya son las 11:00 y nuestro equipo que juega contra el Tatami está de suerte: van a jugar todos durante todo el partido, no hay «banquillo»!!!
Cuando los padres y madres nos disponemos a empezar a animar nos quedamos todos mudos: en cuanto saca el Tatami absolutamente todos los nuestros avanzan en grupo como un tsunami a por la conquista del balón. El robo del balón es fulgurante y ensayamos de inmediato. Desde luego que hoy ninguno ha empezado el partido medio dormido, será el frío o la glucosa del desayuno?
Cuando le toca sacar al Tecnidex se colocan todos en línea y se aprecia menos la aglomeración de jugadores tendiendo sus brazos hacia el que va a sacar. El balón empieza a pasar de mano en mano hasta el final de la escalera. Puntualmente algún pase acababa en manos del rival cuando el balón se trataba como una patata caliente y se tiraba atrás sin mirar. Cuando el balón lo juega el Tatami los nuestros interceptan cualquier avanzadilla para desesperación del rival, los placajes se suceden y el Tecnidex parece obsesionado en no ceder ni un centímetro de terreno y ganarle metros al rival.
Los que estamos de público disfrutamos con la determinación y coordinación de los nuestros, mientras hablamos de las opciones de torneos para los próximos meses.
Cada vez que saca el rival la secuencia se repite: placaje, limpiamos, recuperamos balón y lo vamos pasando hasta que uno de los nuestros tiene hueco para sprintar y ensayar. La colaboración de todos ha sido muy efectiva para que el Tatami apenas consiguiese acercarse a la línea de ensayo, nuestros S8 han sido polivalentes porque todos han defendido, placado, limpiado, pasado y … disfrutado!
Este partido ha sido un ejemplo de compañerismo y generosidad: el equipo ha compartido sus numerosos ensayos para que diferentes jugadores tengan su oportunidad de ensayar. Ha sido una gozada ver las caras de algunos que llevaban soñando con su primer ensayo desde hace tiempo!
El segundo partido ha sido entre los nuestros, verdes contra blancos. El número de ensayos ha sido prácticamente el mismo para cada bando, debido a la igualdad. Está claro que los super entrenadores están consiguiendo que los chavales jueguen cada vez más como un equipo, sin la única obsesión de ensayar. Ya van asimilando que todos aportan su grano de arena al resultado final, y que el ensayo no es más que la culminación de un buen trabajo en equipo previo.
Para acabar el último sprint de la mañana ha sido hacia la mesa del tercer tiempo, con el fin de hacerse con un bocata, una pieza de fruta o rellenar el vaso con papas y frutos secos…
¡Dentro de una semana más!