ALFREDO (BONI) BONILLA

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Alfredo Bonilla, Boni para sus muchos amigos, se ha despedido de nosotros. Al final su larga y penosa enfermedad ha podido con él. Cuanto lo sentimos Boni, cuanto te echaremos de menos.

Ahí, a mediados de los años sesenta del siglo pasado, un grupo de deportistas amigos fundaron lo que paso a ser el Rugby Club Valencia. Pasaron los años, los lustros y las décadas, Boni seguía en la brecha, era el único socio fundador que nunca dejo de tomar una parte activa en el club. Lo que tocaba lo hacía, jugador, cronista, entrenador, directivo, historiador, siempre alegre con ese toque de humor sardónico. Sus reflexiones sobre cualquier asunto por difícil que fuera se caracterizaron por su amplitud de vista. Esa constancia y saber hacer le llevó a lo largo de los años a colaboraciones fructíferas en la Federación de Rugby de la Comunidad Valenciana y en la Federación Española de Rugby. Él quedaba en segundo plano, no buscaba notoriedad ni protagonismo, simplemente arrimaba el hombro. Pero los que hemos compartido camino con él en diversos etapas pudimos apreciar su trabajo callado, la experiencia era siempre enriquecedor. Encima, todo se hacía con buen humor, bromas, anécdotas, restaba importancia a lo que hacía.

En sus primeros años de jugador Boni jugaba de medio apertura para pasar luego a talonador e incluso pilier. Llevó su bagaje de apertura a su nuevo puesto. Ahí se notaba su visión del juego y su habilidad sobre sus pies. En eso era un adelantado a su tiempo, el talonador que aparece y hace estragos por la banda es moneda corriente hoy en día pero en los años setenta era insólito. En su otoño todavía podía sustituir al talonador del momento y contribuir a victorias que según la clasificación deberían haber sido derrotas. Era uno de ese grupo de tanto talento que en los años setenta llevó al primer equipo a ascenso tras ascenso hasta llegar a lo que hoy en día es División de Honor, y consolidarse en ese nivel. Encima, su pateo del suelo era mortífero, para el contrario, él era un torpedero de precisión estilo Bob Scott, el gran Neo Zelandés. Luego era uno de los dos entrenadores de ese gran equipo juvenil de 1989, cuyos componentes formaban la espina dorsal del primer equipo a lo largo de los años noventa. Estar a su lado durante un partido era un placer enorme por su gran visión del juego y sus comentarios inspirados.

Hace unos años, rematando una polémica en el foro sobre la Cent i Ratlla, tu gran amigo Paco Soler definía el tipo de persona imprescindible en el club. Palabra a palabra describía a ti. Boni, eres la historia de nuestro club y por extensión, parte esencial de la historia del rugby en España.

Ya ha terminado el sufrimiento por tu horrible enfermedad. Ahora queda la pena de tu perdida para tu familia y tus amigos. Si es grande para tus amigos, es terrible para tu familia. A todas ellas, Concha tu viuda y tus hijas Eva, Ana y Laura, espero que mis palabras indiquen algo de lo especial que tu eres para tantos amigos, que así sirvan de consuelo y para ayudar a cerrar las heridas. Un abrazo muy fuerte para todas.

…. Y Boni, ya nos veremos. Prepara unos “cafés deliciosos”.

Michael Dorcey