Torneo de Boadilla del Monte.

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VIAJE A BOADILLA..
Buenos días desde la máquina de pergeñar crónicas. En un lugar del Monte, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo se celebró un torneo internacional de escuelas de rugby. Y hasta allí acudió con ilusión y entusiasmo nuestro valeroso equipo de M-8: Juanma, Arnau, Juancho, Mario, Quique, Sergio, Alex, Miguel, Luis, Gonzalo, David, y Javi; junto a sus entrañables familias.
El viaje a Madrid discurrió sin incidentes, estos chicos se portan muy bien. Después de atravesar miles de kilómetros de túneles y autovías, alcanzamos la Casa de Campo donde se hospedaban los M-12. Y nos dirigimos a nuestro alojamiento, al pie del Cerro de los Ángeles, el camping Alpha. Repartidos los bungalows, nos fuimos a cenar junto a los M-14, una pequeña representación de los M-10 y un numeroso grupo de añejos y rudos moteros todos vestidos de cuero negro. Los M-8 tomaron una cena con dieta especial para deportistas, y luego juguetearon un ratito bajo la atenta mirada de Mary «Carmen» Poppins. Y nos fuimos todos a descansar, para afrontar con renovadas fuerzas, el día siguiente.
De buena mañana y a pesar del frío y una débil lluvia, los pequeños M-8 ya estaban correteando por el camping con su equipación verde. Tras el desayuno partimos a Boadilla del Monte, y llegamos al polideportivo rodeado de frondosas carrascas, donde también acudieron el resto de jugadores que no pernoctaron con nosotros en el camping. Enseguida nos ubicamos en los terrenos de juego, y nos dieron la lista y los horarios de los partidos. Todo era un ir y venir de chicos y monitores por los campos. Nuestros rivales fueron: los equipos A y B del Tasman (anfitriones del torneo), el Salvador, el Quijote, y nuestros amigos de Valencia: les Abelles.
Los partidos eran de un solo tiempo de 7 minutos, por lo que había que estar muy atentos y correr mucho desde el principio, ya que además se permitía sacar con rapidez y sin obligación de pasar la pelota. El primer encuentro fue contra el Tasman A, se ganó el partido con un ajustado marcador. Víctor organizó la estrategia con Javi y Sergio como jugadores de referencia, y 5 parejas que se turnaban ordenadamente. Todos los jugadores respondieron con valor y disciplina. Antes del descanso para comer jugamos dos partidos más, contra les Abelles y el Quijote. En ambos conseguimos un meritorio empate, ante dos duros rivales. Mientras, algunos papás se acercaron a la parrilla, junto al bar, a calentarse y saborear unos bocadillos de varios metros de longanizas y kilos de panceta. Llegó el descanso para comer, nos acomodamos en las gradas del estadio grande, con los M-14, bajo el sol que tímidamente a veces surgía entre las nubes; pero al poco tiempo, con el bocadillo a medias, tuvimos que correr a guarecernos bajo la cancha cubierta, pues una fea nube negra cargada de granizo vació sin piedad sobre nosotros. El frío y un vientecillo helado fueron la tónica del día.
Retomamos los partidos, ahora nos tocaba el rival más difícil: el Salvador de Valladolid. Era el equipo más fuerte del torneo, aunque circulaba la sospecha de que no jugaba limpio, peor para ellos. Les plantamos cara en defensa, y conseguimos dos buenos ensayos. Y por fin el último encuentro contra el Tasman B, quizá el rival más débil, así que todos los jugadores con alegría se lo pasaron en grande corriendo, placando y marcando ensayos.
A la hora de la entrega de trofeos hubo una pequeña decepción, pues la tercera plaza, a la que por lo visto fuimos relegados, no nos dio derecho a ningún trofeo, un fallo en detrimento de la organización, que por lo demás cumplió. El equipo M-8 tuvo una destacada participación en el sorteo de regalos previo al acto protocolario de entrega de trofeos.
Durante el torneo Borso estuvo espléndido con su estilo de poderoso delantero, mientras su papá… ¡¿ Juanma, dónde estás?! Arnau se mostró especialmente participativo muy bien en apoyo; el más valiente y decidido fue Juancho; Mario como siempre nos deleito con sus fulminantes carreras; Quique de nuevo fue el mejor medio melé; Carreras desenfrenadas, buenos ensayos, placajes, de todo nos ofreció el batallador Alex; Miguel demostró una vez más que es un jugador astuto y veloz; Luis sigue mejorando en cada partido con su juego riguroso y sacrificado; un buen atracón de balones se dio Gonzalo; David se lo pasó en grande jugando con sus amigos; y por fin nuestros capitanes, que jugaron todos los partidos completos y además ayudaron, junto a Alex y Miguel, a los M-10, Javi y Sergio estuvieron como siempre magníficos.
Todos contentos y cansados regresamos al camping, ducha y de nuevo a jugar esta vez al fútbol, y aquí también demostraron los chicos que saben usar los pies. Después de una copiosa cena a base de arroz a la cubana y pollo con patatas, en la sobremesa una partida de cartas organizada por Carmen, y los demás a ver el Levante-Barça con unas bebidas refrescantes.
Domingo por la mañana todos a desayunar a las 9, todos no, David, Alex y sus papás se habían dormido, pero llegaron a tiempo. A por los M-12 a la Casa de Campo, y al Palacio de Hielo. En la pista de hielo entraron 67 valientes patinadores, más los que mirábamos desde la barrera. En una pista repleta de gente, los que mejor deslizaban eran sin duda los M-8, pero ahí también hacía frío.
A pesar del mal tiempo, creo que todos gozamos de un buen fin de semana. Y sobre todo he de resaltar la presencia y el apoyo de todos los que acudieron: Lucía, Juanma y Carlitos; Juan; Susana, Diego e Irene; Lourdes y Eduardo; Carmen, Paco, Fran y David; Manolo; Saida; Pau, Paco y Teresa; Silvina y Timothy; José; Caridad y Vicente. Muchas gracias a todos, y a todos los demás que nos acompañaron en el viaje.
El regreso a Valencia fue muy tranquilo, pero me pregunto ¿siguen los Borso di Carminati Alfonso en Ikea, buscando el mueble perdido?
¡A entrenar duro chicos! ¡Nos vemos en Formentera, o dónde sea! .
(Queda pendiente la verdadera historia del viaje a Boadilla, que recibirán mediante correo privado los sufridos viajeros.)